Pasado, presente y futuro, 1994/95 - YURIYASU MASUDA
Sólo el futuro
sirve para entender
nuestro pasado.
Tú me enseñaste el lenguaje de las flores.
Me enseñaste a descifrar la fragancia del jazmín.
Me enseñaste a mirarte en el espejo
del lago helado donde crecen los nenúfares.
Me enseñaste a soñar y a trepar por las capuchinas del jardín.
Tú me enseñaste que en los pétalos aterciopelados de las rosas,
después del sueño sedante, transcurre la vida entera.
Me enseñaste a ser dúctil como el frágil y largo girasol,
que busca incansablemente la luz.
Sí, tú me has enseñado a vivir.