Inheritance, 1992 - TAMAN AL-AKHAL
No puedo escribir más.
Cada palabra se me clava como un cuchillo
en el costado y me hace desangrar.
Cada verso es una fina cuerda
que me oprime y me ahoga sin compasión.
Cada poema es una senda de muerte segura
que me empuja hacia el abismo
en busca del silencio y del infinito.
Así, desnudo y sin más equipaje que mi memoria,
por última vez pronuncio tu nombre sin vocablo alguno.
Quizás mañana, cuando quiebre la aurora
y brote otra primavera en el alfiz de mi ventana,
ya estaré lejos de mi piel y de mi sangre
y sólo sea ya un frágil recuerdo
que muere olvidado en el dulce eco de tu voz.
Irremediablemente, vivo muriendo,
como una palabra condenada a ser frío silencio
cuando nadie la pronuncia,
cuando no hay boca que lea estos versos
que agonizan sin rubor en las manos temblorosas
de un hombre ya cansado, que sólo quiere ser poeta
para simplemente morir en paz.