Reloj blando en el momento de su primera explosión, 1954 – SALVADOR DALÍ
Ya no permanecen en pie
la hilera de sauces llorones
y los frondosos laureles de india
han desaparecido de la memoria.
Se rompe el eslabón de este sueño
que brilla siempre en la noche
cuando las sombras asaltan las alamedas
y cubren de silencios las calles de la ciudad.
Se apaga la llama de la palabra
entre la lluvia ácida de la madrugada
y sólo escucho ya el presente efímero
que muere con las primeras luces del alba.