El suspiro de la noche, 2005 - JOSÉ VIERA
Al amanecer, cuando el heno
es solo un recuerdo de tu carne trémula,
recostado aún en las riberas de la memoria
y después de una larga noche de insomnio,
aún yace junto a mí una marea de desaliento
que en otro momento fue tangible gloria.
Al amanecer, con el sol naciente,
se abre en mí un cráter del que brota
incesante una cabalgata de Walkirias,
que irrumpe con furia ente las brumas
y me devuelve al vientre del océano
para volver a ser simiente del nuevo día.
Al amanecer, cuando el heno
es solo un recuerdo de tu carne trémula,
recostado aún en las riberas de la memoria
y después de una larga noche de insomnio,
aún yace junto a mí una marea de desaliento
que en otro momento fue tangible gloria.
Al amanecer, con el sol naciente,
se abre en mí un cráter del que brota
incesante una cabalgata de Walkirias,
que irrumpe con furia ente las brumas
y me devuelve al vientre del océano
para volver a ser simiente del nuevo día.