La muerte del amor, ARANTZAZU MARTINEZ
Nos dejaste,
decidiste marchar al lugar
que sólo existe
en los mapas de la memoria.
Tu cuerpo continúa yaciendo
sobre una nube de polvo
que el viento propaga
con fuerte olor a pólvora.
Te cansaste
y, con un golpe certero,
rompiste para siempre la rueca
que teje la tela de esta vida.
Ahora las campanas
doblan en doloroso silencio,
doblan por ti y por mí, por todos,
porque ya estamos muertos.