El Vergel, 2006 - SEMA CASTRO
El viento azota mis oídos,
rompiendo este silencio inmutable
que late y reposa en mi interior,
como una fusta hostil
en el lomo de un caballo,
como quiebra el rayo
la piel de la madrugada
cuando se alza el sol
sobre la línea del horizonte.
Escucho el trino de los pájaros
en esta tarde que comienza
a desmayarse entre mis brazos,
mientras las tiernas hojas
de los árboles dan sombra
a los cristales de la ventana,
y acuden a mi memoria
nuevas imágenes y rumores
que jamás nacieron antes en mi razón.
Sé que el aire del océano
arrastrará con fiel sigilo
la semilla de tu nombre
hasta inhumarla entera
en el vientre fértil de la tierra,
sé que germinará tu cuerpo
entre un torrente de azahares
en tallo de jazmín reverdecido
junto al brocal de mis labios.