Las lágrimas de San Pedro (detalle), 1587/96 – EL GRECO
La raíz de una lágrima
nace en el vértice del viento,
cuando el tiempo se detiene
y se abre de par en par
el vientre del verbo.
Brota en las glándulas
del penetrante silencio,
donde crecen los nervios
y las células vírgenes
de remotas palabras.
Emerge de la nada
y busca la epidermis
asomándose al vértigo
de una mirada efímera
que sin luz agoniza.