en la guerra. Soy eco, olvido, nada.”
JORGE LUIS BORGES
domingo, 30 de noviembre de 2008
sábado, 29 de noviembre de 2008
Futuro de cenizas
viernes, 28 de noviembre de 2008
Vacío y vértigo
El tiempo implacable
con su despiadada rutina
nos liga y desgarra desde dentro,
nos distancia de la realidad
y nos macera entre las tinieblas.
Gritamos y no nos escuchan
porque moramos en el vacío,
sin sonido, sin nuestro propio eco,
solo con el feroz vértigo
de nuestra propia soledad.
Nos cegamos a plena luz
y hasta las palabras más simples
se amalgaman con los silencios,
y ya no crece nada en este desierto,
nada sino sombras, vacío y vértigo.
jueves, 27 de noviembre de 2008
Allí
Allí, donde reposan
nuestras almas
en la noche sideral.
de la luna
sombras de escarcha.
siempre renace
y tus palabras.
del mundo,
en mi garganta.
Allí, con el corazón
roto por la pena,
sin respuestas.
Allí, con la luz
de las estrellas
la nada.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Cansado
martes, 25 de noviembre de 2008
¡Ni una más!
lunes, 24 de noviembre de 2008
Cuando llegue el Invierno
domingo, 23 de noviembre de 2008
Bostezo carnal
Antes de que comience a arreciar el viento
y los frágiles jacintos sean sólo briznas de dolor.
Antes de que el desaliento nos deje exangües
en el ocaso de este efímero lucernario.
Antes de que este vergel sea tan sólo un búcaro
decadente y macilento y se torne en yermo erial.
Antes de que este brocal, antes bruñido de gloria,
sea el marchito declive de la lascivia y la obscenidad
Antes de que las lías de este levítico cuerpo
se conviertan en rusco y tosco leviatán.
Antes de que me quiebre el pulso y las llamas
arrasen el rumbo de mi endeble memoria.
Antes de que el tiempo se deshaga en un bostezo carnal
volveré a ser limen de tu verbo y de tu silencio.
sábado, 22 de noviembre de 2008
Ruido de muerte
viernes, 21 de noviembre de 2008
Aún te recuerdo
Después de tanto tiempo
mis ojos están secos,
mis labios gélidos,
y tu cuerpo yace muerto.
Me anudaste el corazón
con lágrimas y lamentos,
con silencios y palabras
que todavía flotan en el viento.
Pensé que no te soñaba ya
y que tan solo eras un muerto,
pero estaba equivocado
aún te recuerdo.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Tangos de soledad
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Corazón humano
Yo prefiero un corazón frágil,
que llore de dolor ante la injusticia.
Yo prefiero un corazón débil,
que suspire de gozo ante la belleza.
Yo quiero un corazón quebrado
en el amor y en el desamor,
en la salud y en la enfermedad,
en las dichas y en las penas.
Yo no quiero un corazón blindado.
Yo no quiero un corazón de acero.
Yo sólo quiero un corazón humano.
martes, 18 de noviembre de 2008
Claro de luna
lunes, 17 de noviembre de 2008
Cóncavo y convexo
domingo, 16 de noviembre de 2008
Arder en tu sangre
sábado, 15 de noviembre de 2008
Vivo en otro yo
Dentro de mí existe otro yo
que tiene vedada la cólera y la ira,
otro yo más íntimo, que soporta el lastre
de tener que guardar la nieve de ningún invierno
y el tosco latido de mis arterias
en el eterno laberinto que conduce al limbo.
Existo en otro yo mutilado y yermo,
que rema contracorriente sobre un mar de corimbos
para alcanzar el canal poliédrico de tu corola,
donde mis estambres solo son la plegaria
que se injerta en las cicatriz de tu fuente.
Vivo en otro yo, en el interior de esta barda,
a medio camino entre el rito y la liturgia,
entre la vida y la muerte,
inmerso en el espasmo apocalíptico
de amontonar los jirones de piel de cada batalla
que flotan a la deriva en el fuego del océano,
donde fraguo sin cesar las lágrimas de mi memoria.
viernes, 14 de noviembre de 2008
Sueño eterno
jueves, 13 de noviembre de 2008
En busca del fuego
hacia las dos riberas de este crepúsculo,
donde el pulso y el aliento son sólo denso humo
en medio de la sangre sobre tu nívea carne.
-Como el minotauro cruzo tu laberinto
en busca del fuego de mis noches,
porque eres el verbo en mis silencios
y derramas la luz en las simientes
secretas de mis versos.
-Como la lluvia lubricas la sed
y sorbo a sorbo bebo la esencia,
que mana pura y cristalina
desde el fondo abisal de tu huella.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Mis últimos versos
Te entrego mis últimos versos
en esta noche fría de invierno
cuando la luna se quiebra de melancolía
y ya no alumbra ni mi razón ni mi retina.
Todo se ha vuelto sombrío, pardo, ceniciento.
No siento el soplo de la brisa del mar
ni cesa la tempestad interior en mi cuerpo
a pesar de la lasitud de cada jornada.
Intento escribir un poema en esta noche gris
pero las ideas no fluyen con demasiada luz,
quizás la voz del océano haya muerto
dentro de mi antigua caracola de nácar.
No lucen añiles estrellas ni planetas escarlatas,
hoy los ojos están cegados y la memoria helada,
un trepidante vacío me recorre la piel
y una profunda soledad hace nido en el alma.
Aún así, te entrego la fragilidad de mis versos,
probablemente sean estos los últimos que escriba
antes de que mañana vuelva a ser roca viva
en cuanto despunte la aurora del nuevo día.
martes, 11 de noviembre de 2008
Suspiros de fuegos
Desde las almenas de este crepúsculo,
en el secreto de mis horas,
contemplo las alondras aleteando sobre las espigas
que florecen entre los lirios y las flores de azahar.
Sobre la colina de tu mirada se alza el árbol centenario
del que brota exultante tu hermoso pecho desnudo,
que es matriz natural de este orgasmo adormecido
que arroja una corriente de suspiros de fuego.
Y en cada jadeo, de hondo olor a heno,
resuenan los tambores
en medio de las grietas de mi erizada piel
y me muero en tus brazos con un Nocturno de Chopin.
lunes, 10 de noviembre de 2008
Las últimas horas del día
Es domingo, atardeciendo.
Miro tras el cristal de mi ventana
y no veo nada.
Todo es un gran puzzle
Hay demasiadas piezas
y muy poca paciencia,
escasas soluciones
y demasiado hastío.
Es domingo, atardeciendo.
El aire empuja las nubes suavemente,
desplegando en silencio el color de la noche.
Allá, a lo lejos, veo otra ventana oscura
y detrás, en la penumbra,
a otro ser humano pasando las últimas horas del día,
saciado de rutina, de rabia contenida
y de profundo silencio.