A veces la vida
se nos convierte de pronto
en un prolongado silencio
lleno de ausencias,
y el lenguaje se vuelve spleen
en el fondo de la memoria.
A veces la vida
es como una caracola
sobre la húmeda arena
que guarda el eco
de antiguas derrotas.
A veces la vida
se hace intensa sombra,
noche y herida,
que sangra bajo la piel
en espera de otra aurora.