Retrato de Óscar Morineau, 1936 - DIEGO RIVERA
Cara de metal
roída por el mar,
perfil de mis entrañas
en silencio y sin brío.
Llanto de volcanes
que anegas el contorno
de este frágil cuerpo
con incandescente lava.
Labios siderales
que me besan complacientes
en la eterna soledad
de mi noche oscura.
Mirada infinita
que insolente ruborizas
mis despedazadas ilusiones
y mi vida entera.
Recuerdos del pasado
que perduran todavía
en las incorruptas y vacías
gavetas del olvido.
Cara de metal
roída por el mar,
perfil de mis entrañas
en silencio y sin brío.
Llanto de volcanes
que anegas el contorno
de este frágil cuerpo
con incandescente lava.
Labios siderales
que me besan complacientes
en la eterna soledad
de mi noche oscura.
Mirada infinita
que insolente ruborizas
mis despedazadas ilusiones
y mi vida entera.
Recuerdos del pasado
que perduran todavía
en las incorruptas y vacías
gavetas del olvido.