Espejo del tiempo, 2006 - CLAUDIA GALLEGOS
La vida es frágil,
cuando la persistente lluvia
empapa la hierba nueva
y deja correr la memoria
entre los surcos interminables
de la tierra sedienta.
Es frágil
aunque el sol tamice
con dulzura la luz
y la convierta en sombras.
Es tan frágil
como la piel de la noche,
rodando sobre el horizonte
de una mirada desnuda
que no acaba de nacer.
Es demasiado frágil
cuando hunde el recuerdo
en las arenas movedizas
de un corazón fatigado,
que vigila desde su soledad
todas las claves del tiempo.