Meditación, 1999 – OLGA SINCLAIR
Brotas en cada suspiro,
en cada soplo de aire
que me roza los labios.
Vuelves como el humo
a teñir la memoria
y a inundar los recuerdos.
Eres como una saeta
que te hundes en el costado
para florecer en el sueño.
Surtes como el agua
en surcos de frágiles silencios
para alumbrar el verbo.
Renaces como el Ave Fénix
en cada latido del corazón
y en el fluir de la sangre.
Eres luna y estrella,
sombra amante de la noche
como un faro en mi retina.