Regreso sin dolor
desde donde nunca he partido,
porque siempre he estado anclado
al silencio azul de la noche.
Regreso y parto de nuevo
en busca de lejanos horizontes,
que se hacen demasiado cercanos
en mi corazón y en mi memoria.
Y en mi partida,
y en tu regreso,
nos encontraremos siempre
en la eternidad de un instante.