Grito nº 7, 1959 - ANTONIO SAURA
Este amasijo de palos
se vuelve pira funeraria
y con la espesa humareda
no deja entrever el horizonte.
Confundo tu silueta
y mi mirada se ensancha
en busca del infinito
en medio de la tormenta.
Mi cuerpo tiembla
y me empuja al mar
a hundirme bajo las olas
y a impregnarme de sal.
Estoy demasiado exhausto
para navegar entre tanto olvido.