Mujer soñando, 1911 - EGON SCHIELE
“Sei la luce e il mattino.”
CESARE PAVESE
Lentamente,
casi sin darme cuenta,
va muriendo la tarde,
apareciendo la soledad
de la eterna noche.
Llega la hora inefable
en la que me toca abrir la jaula
y soltar a la fiera malherida
que llevo atada dentro.
Es hora de volver a emborronar
tres, cuatro o veintinueve versos
para comenzar a armar un poema
que pueda romper definitivamente
con las ligaduras de mi vida.
Avanza la noche sin recelo,
va haciéndose más infinita
y más inmenso el ritmo del corazón.
Cuento los minutos y las horas,
esperando que se rompa
de una vez este frío silencio,
deseando que despunte el alba
y se lleve las sombras una vez más.
Necesito mirar al horizonte
y esperar que el océano
te devuelva de nuevo a la playa.
Necesito sentirme plenamente vivo
y estremecerme ante otra jornada,
porque ahora sé que solo tú
eres la luz y la mañana.