Sin más dioses
que nos perdonen y nos condenen
a las puertas del paraíso.
Solos con nosotros mismos,
más humanos que nunca,
con nuestras virtudes y defectos,
con nuestros errores y aciertos,
con nuestros amores y envidias.
Sin más demonios
que nos reciban y nos quemen
a las puertas del infierno.
Solos con nosotros mismos,
en el espejo de los demás,
con nuestras dudas y decisiones,
con nuestras angustias y esperanzas,
con nuestras compañías y soledades.
Sin más dioses ni más demonios,
sin más infierno ni más paraíso
que nuestra propia libertad.
que nos perdonen y nos condenen
a las puertas del paraíso.
Solos con nosotros mismos,
más humanos que nunca,
con nuestras virtudes y defectos,
con nuestros errores y aciertos,
con nuestros amores y envidias.
Sin más demonios
que nos reciban y nos quemen
a las puertas del infierno.
Solos con nosotros mismos,
en el espejo de los demás,
con nuestras dudas y decisiones,
con nuestras angustias y esperanzas,
con nuestras compañías y soledades.
Sin más dioses ni más demonios,
sin más infierno ni más paraíso
que nuestra propia libertad.