El despertar del bosque, 1939 - PAUL DELVAUX
Se despierta el bosque en las yemas de la noche,
sobre unos labios siempre insomnes
que esperan la floración de la carne fugaz
en las aristas rotas del último crepúsculo.
Se deshoja la vida en un sudario
de hojarasca con aromas de azahar
y en los brotes de una metáfora que supura
entre las heridas de la última puesta de sol.
Se despierta el bosque sobre la línea abscisa
de una furtiva voz que se alza en la vigilia,
como una antigua quimera perdida
entre el denso infierno y el desnudo paraíso.
Se desflora la muerte como una mariposa de aire,
que languidece entre el temblor del útero ardiente
y el recuerdo efímero de un eterno cáliz
que lubrica las entrañas de secretos olvidados