Siberian Iris, 2004 - RAYMOND HAN
A ti madre,
siempre en mi memoria
Desde el hondo vacío de mi vientre
en este gris amanecer de diciembre,
vuelves a elevarte entre las sombras
para abrazarme con tu mirada.
Surtes en mis sueños
colmando de luz la madrugada,
alumbrándola de fértil
y cálida matriz que es génesis
de mi simple y llana vida.
colmando de luz la madrugada,
alumbrándola de fértil
y cálida matriz que es génesis
de mi simple y llana vida.
Te vuelvo a dar las gracias
por el pasado, por el futuro
y por el aliento de cuanto
ahora llevo entre mis manos.
por el pasado, por el futuro
y por el aliento de cuanto
ahora llevo entre mis manos.
Hoy, desde esta distancia
y este intangible tiempo
que me ha tocado vivir,
después de un año de tu partida,
sigo afirmando que sólo muere
quien muere en el olvido.
y este intangible tiempo
que me ha tocado vivir,
después de un año de tu partida,
sigo afirmando que sólo muere
quien muere en el olvido.