Revolución, 1947 - ÓSCAR DOMÍNGUEZ
¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.
GABRIEL CELAYA
Indígnate
si ves que las promesas
nunca son cumplidas,
si en lugar de abrir las plazas
cierran las alamedas
y prohíben que vuele libre
la paloma de la paz.
Indígnate
si ves que son los mismos
los que salen adelante
y nuestro voto sólo es válido
para que sean los de siempre
los que sigan viviendo bien.
Indígnate
si tienes el cuerpo
acribillado por las balas
de la injusticia y la desidia
y ves que tú o tu vecino
no pueden llegar a fin de mes.
Indígnate
ante tanta corrupción
y tanto desalmado
que cree que este mundo
es su particular torre de marfil.
Indígnate
y salgamos juntos a la calle
si sigues creyendo que la poesía
es un arma cargada de futuro
porque aquí no cabe esconder
la cabeza bajo el ala.
Indígnate
y toma la calle
para que no nos callen otra vez,
porque la calle no es de ellos,
porque es nuestra la calle
y en ella crecen los sueños,
porque es nuestro propio futuro
lo que se juega en la calle.
Indígnate
y salgamos juntos a la calle,
porque esta dichosa utopía
no puede ser sólo flor de un día,
porque un mundo de esperanza,
más justo y mucho más humano,
está a punto de nacer.
Indígnate
y que no nos callen esta vez,
no detengamos esta revolución.
Juntemos nuestras manos
y alcemos nuestra palabra,
salgamos a la calle
para pasearnos a cuerpo
hasta que salga de nuevo el sol.