Desgraciadamente sigue brotando sangre,
gota a gota va cayendo por el cuerpo.
Los labios continúan supurando silencios,
como si fueran cuentas de palabras
muertas en collares de fríos besos.
Vuelan las sombras en el umbral del olvido
y se esfuma la memoria entre los espejos.
Ya no puede haber infierno ni gloria
que cauterice tantas indeseables heridas.
Solo es cuestión de no desesperar
y aguardar el fin de los tiempos.
gota a gota va cayendo por el cuerpo.
Los labios continúan supurando silencios,
como si fueran cuentas de palabras
muertas en collares de fríos besos.
Vuelan las sombras en el umbral del olvido
y se esfuma la memoria entre los espejos.
Ya no puede haber infierno ni gloria
que cauterice tantas indeseables heridas.
Solo es cuestión de no desesperar
y aguardar el fin de los tiempos.