“Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.”


JORGE LUIS BORGES

lunes, 31 de enero de 2022

En el laberinto del poema

















Figuras en la sombra II, 1994 - JOSÉ HERNÁNDEZ 

La noche es un naufragio 
donde todo comienza.
Las sombras avanza sin piedad
y anegan la piel quebrada 
hasta penetrar en los huesos.
Solo en el silencio de la noche 
se hace más sonoro y profundo 
el latido del corazón. 
Necesito asir una veta de luz
para enhebrar cada verso 
en el laberinto del poema.

domingo, 30 de enero de 2022

Eterna melancolía















                                                                                                                                                                                                                            




La mayor, 2021 - PEDRO LEZCANO JAÉN

Necesito regresar al pasado
en busca del carrusel del tiempo.
Necesito encontrar unos labios 
que sepan pronunciar palabras 
y se debatan en silencio
entre la verdad del sueño
y la eterna melancolía.

miércoles, 26 de enero de 2022

En el sonoro silencio de tus labios

               



















Portrait of Lisa, 1957 - FRANCIS BACON





                 “No te nombro; pero estás en mí
                como la música en la garganta del ruiseñor 
                aunque no esté cantando.”

                DULCE MARÍA LOYNAZ 


Jugué a ser gorrión desamparado 

en busca de un confortable nido,

a ser ave de presa, siempre al acecho 

desde lo más alto del acantilado,

a ser gaviota malherida 

que sobrevuela solitaria el ancho océano.


Siempre quise volar libre,

aunque nunca tuve otras alas

que estas de cera que llevo conmigo. 

Ansiaba volar demasiado alto 

y a duras penas he logrado, con el paso de los años, 

levantar el vuelo más de dos metros del suelo.

Soñé con ser Ícaro, una, otra y otra vez,

sin de verdad alcanzar a comprender

que la cera de mis alas terminarían por derretirse,

dándome de bruces con la realidad del sueño.


Ahora, después de tantos años,

de tantas idas y venidas por las aceras de esta vida 

que todavía sostengo entre mis manos,

solo me queda desgranar algún racimo de versos,

silentes, dormidos, casi olvidados,

que jamás podré pronunciar ni escribir 

en el sonoro silencio de tus labios.