Flowering Plum Tree (after Hiroshige), 1887 – VINCENT VAN GOGH
Regresa de nuevo a mi retina
aquel atardecer, detrás de los cristales,
donde veía florecer los almendros.
Vuelve a mis oídos
aquel silencio trenzado en el aire,
desvistiéndose entre los pétalos nevados
y meciéndose en el mar de nubes
de los campos de mi isla.
Viene a mí la palabra
simple y serena, sin más alianza
que ofrecerse desnuda,
para hacerse carne de mi carne
y sangre de mi sangre.
Regresa una vez más
aquel atardecer entre almendros
cuando descubrí la primavera.