“Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.”


JORGE LUIS BORGES

jueves, 10 de septiembre de 2009

El crisma del silencio


Formas lávicas, 1950 – FELO MONZÓN


La mañana se alza lentamente
en el canto de un tierno gorrión,
que vuela de rama en rama
en la araucaria del jardín.
Es otra mañana de hastío,
con las olas bramando en la playa
y dejando un regusto salobre
impregnado en nuestra piel.

La mañana es un túnel violento
por donde se fuga la luz,
justo en el vértice del mediodía
hacia las aristas del universo.
Es un hibisco encarnado
que comienza a reventar entre la ceniza,
deshojando sus pétalos
sobre un alfabeto todavía virgen.

La mañana de este sábado
es el principio del apocalipsis,
despertando el temblor de la nada
en la vigilia de mi frágil verbo.
Es un teorema desnudo,
que se coagula sobre la escarcha
fermentada entre los lamentos
de una cabalgata de walkirias.

Esta mañana es un cáliz transparente,
donde arden las imágenes de todo el año
como si fuera una inmensa fragua
en la que se quema el dolor y el gozo.
Es un cirio pascual  incendiado
entre la memoria y el olvido
que rezuma, entre la inquietante lava,
el crisma del silencio.