Ecos del tiempo, 1978 – PÉREZ CELIS
El tiempo es una espiral
que se desliza por la hoja
de un cuchillo de plata
con sangre de amapolas.
Cada corte profundo
causa una herida abierta
que deja una frágil huella
llena de desaliento
y un perfume amargo
con sabor a destierro.
Nunca existió el tiempo,
los relojes solo son ruecas
que tejen el sudario
de nuestra eternidad
con hilos de cuarzo
y arpegios de soledad.
Cada hora, cada minuto,
cada mínimo instante
es el diapasón del eco
que suena a letanía
golpeando la razón.
Cada año, cada siglo,
cada milenio es un no existir
que va socavando el camino
donde se ahogan las palabras
y crecen los silencios.