Al Maestro Mario Benedetti, con gratitud eterna
por ser la luz que alumbra el camino de mi utopía.
por ser la luz que alumbra el camino de mi utopía.
Llora el firmamento.
Se han apagado las estrellas
en esta larga noche negra,
hasta el canto de los grillos
se ha detenido en el tiempo
y ya no alumbran las luciérnagas.
Allí, en el sur del mundo,
justo en el centro de mi corazón,
llora mi alma desolada
en esta larga noche negra.
Se me ha muerto el Maestro,
mi Amigo, mi Luz, mi Poeta.