La Pesadilla, 2008 - UBAY MURILLO
Te nombro en la medianoche
y sin embargo no tengo tu nombre,
y con una solitaria sílaba
recorro cada centímetro de tu cuerpo
con la punta de mis dedos.
Ya sé que no preciso de palabras
ni de ninguna otra lengua,
para volver a fraguar la voz
y la raíz de tu nombre
en el sueño de tu abrazo.
Sé que te llamo en la madrugada
y continúas aflorando en el vientre
de mi húmedo y febril aliento,
penetrando y anegando
cada poro de mi reseca piel.
Ahora sé que ya no necesito
más verbo que un monosílabo,
fluyendo seguro y sereno
por el secreto torrente sanguíneo
de mi inescrutable silencio.