Autorretrato con la oreja cortada, 1889 - VINCENT VAN GOGH
Una y otra vez vuelven al silencio,
para trepanar la palabra desolada
y hacerse fuerte en el cuerpo.
Regresan cuando la sombra del día
se hace amapola sangrante en la noche.
Vuelven a la memoria, ya quebrada,
y a la lucha contra las fauces del tiempo.