Étude de mouvement, 1939 - VICTOR VASARELY
Estos acordes que escucho en la distancia,
son la obertura de la ópera de mi vida;
una agreste partitura de quebrados intervalos
escrita en pentagramas,
donde las claves se suceden según la tesitura
que señala la frontera entre el ser y la nada.
Mi lánguida aria es sólo un lied
Estos acordes que escucho en la distancia,
son la obertura de la ópera de mi vida;
una agreste partitura de quebrados intervalos
escrita en pentagramas,
donde las claves se suceden según la tesitura
que señala la frontera entre el ser y la nada.
Mi lánguida aria es sólo un lied
que ha ido in crescendo
para convertirse en la escala cromática
de la fuente de mi existencia.
Ahora, más allá del ecuador de mi vida,
se me hace difícil entonar un nuevo canto,
otra melodía repleta de sonidos y silencios,
que se pueda representar como una gran ópera
sobre el escenario cotidiano,
donde se enfrentan mi muerte y mi vida.
para convertirse en la escala cromática
de la fuente de mi existencia.
Ahora, más allá del ecuador de mi vida,
se me hace difícil entonar un nuevo canto,
otra melodía repleta de sonidos y silencios,
que se pueda representar como una gran ópera
sobre el escenario cotidiano,
donde se enfrentan mi muerte y mi vida.