Déjame contemplar tu cuerpo,
nadar por tus ríos,
bañar de ilusiones
tus riberas con mis labios,
coronar tus colinas
y bajar tus profundos barrancos.
Déjame hundir en tu tierra,
beber en tus espumosos manantiales,
nadar en tu océano para respirar
el aire de tu universo.
Déjame marchar lejos
y llorar tu ausencia
para de nuevo regresarte
a mi cuerpo,
a mi río,
a mis labios, a mis colinas,
a mi ribera, a mis barrancos.
Déjame regresar para besarte y soñarte,
para amarte y pensarte.
Déjame regresar de nuevo
y eternamente contemplarte.