¡Qué lástima no vivir en Madrid! Ya es hora que los poetas escriban los decretos, que podamos bajar las nubes a ras del suelo. Es hora de plantar flores en los corazones, que crezcan árboles en mares y océanos. Ya es hora de vaciar los palacios de tanta ignominia y estupidez. Es hora de llenar las urnas de pájaros, de habitarlas de pan y poesía. Ya es hora de despertarse. Ya es hora de comenzar a vivir. ¡Qué grande si ganara Luis!