The flower picker, 1900 - JOHN WILLIAM WATERHOUSE
Te alejas entre las sombras
de esta larga madrugada
que todavía no termina de morir.
Te llevas adherida en tu piel
la raíz de mi palabra,
dejándome la infinita soledad
de tus silencios rotos
en las lágrimas de mi garganta.
Te vas para no regresar jamás.
Ya no volverá la hojarasca
a los húmedos suelos del otoño
ni vendrán efímeras primaveras
a los jardines floridos
donde crece el árbol de la nada.
Arrancas de mí la flor del verbo
y no puedo hacer nada más
que pronunciar tu nombre
en el recuerdo de tu ausencia.