Desnudo con alcatraces, 1944 - DIEGO RIVERA
Las flores de mayo
suturan las heridas del pasado invierno,
y cada brote húmedo se descuelga por los labios
como un farol de luz fugaz,
que ilumina el tiempo con aromas de alegría
en mis versos desnudos de patrias y exilios.
Las flores de mayo crecen en las retinas
del mar del destino
dentro de mi cáliz de sueños de mimbre,
desafiando el caos de luces y sombras
que cada madrugada
anegan de escarcha mi poesía,
mientras escucho el eco de las varas de alcatraces
cimbreándose en el silencio.