Nos amaremos sin esperas ni miedos,
sin viejos códigos ni sentencias,
sin tiempo ni fronteras,
solo latiendo instante a instante
en cada poro de nuestro cuerpo.
Volveremos a la realidad en un suspiro,
helados de amor y de soledad encendidos,
y recordaremos nuestras voces,
nuestro aliento, nuestro olor,
nuestro silencio, nuestro deseo
recorriéndonos cada palmo de la piel
y florecerá en tu sonrisa
el sueño de mi mirada.