The children of cronos, 2002 - VICTOR HAGEA
El cielo se alumbra jardín cubierto de cerezos
y rielan sus pétalos sobre un mar estrellado
que arde en el silencio.
El océano es un desierto donde reaparece el infinito
y un manto de aguacero anega los nervios de la luna
en el vacío de la noche.
Se quiebra la muerte en el cáliz de la vida
que vierte la marea sobre la piel desnuda
de una corola todavía virgen.
Detrás del horizonte late deshabitado el destino
dentro de un reloj de sal que descuartiza las horas
y las convierte en viento.