La noche, 1917/18
– NÉSTOR MARTÍN FERNÁNDEZ DE LA TORRE
Nada es tan doloroso
como una lágrima de sal.
Nada puede ser más triste
que unos ojos muertos.
Los cuerpos son páramos
donde crecen la soledad y el miedo,
tan solo un enorme pedregal
que implora lluvia.
No queda luz en las retinas.
Ni agua. Ni sangre.
Sólo desolación
sobre la piel requemada.
Las bocas son pozos profundos
descarnados de palabras,
pozos oscuros
rebosantes de silencios.
Esta es la última noche del océano.
Ya no habrá otra noche más.
Las estrellas del firmamento
han dejado de brillar para siempre.