La noche, 1917/18
– NÉSTOR MARTÍN FERNÁNDEZ DE LA TORRE
Nada es tan doloroso
como una lágrima de sal.
Nada puede ser más triste
que unos ojos muertos.
Los cuerpos son páramos
donde crecen la soledad y el miedo,
tan solo un enorme pedregal
que implora lluvia.
No queda luz en las retinas.
Ni agua. Ni sangre.
Sólo desolación
sobre la piel requemada.
Las bocas son pozos profundos
descarnados de palabras,
pozos oscuros
rebosantes de silencios.
Esta es la última noche del océano.
Ya no habrá otra noche más.
Las estrellas del firmamento
han dejado de brillar para siempre.
aciagas letras, desasosiego el mensaje
ResponderEliminarmuy bien logrado, saludos
Triste, pero bellísimo amigo mio. He sentido un nudo apretado en mi corazón que me impedía respirar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo poeta
También yo, ressquebraja hasta el último hálito de vida, una sin lluvia, no es nada. Un abrazo poeta,
ResponderEliminarNoray, es un poema estremecedor que me llena de miedo.
ResponderEliminarUn beso grande.
Me deja "tocada"
ResponderEliminarBesos y un gran abrazo.
El Océano sabrá tornar de
ResponderEliminarlas oscuras fauces del monstruo
hasta las azules y cristalinas aguas,
que nos sanan, purifican
y regeneran.
Un gran abrazo
La dulce melancolía de tus versos me devuelven azules y borran mis lágrimas de sal.
ResponderEliminarEres de esas pocas personas,..
ResponderEliminarque brillan con luz propia.
Por eso en el cielo, o en la tierra,..
en mis ojos, en cada verso y en cada estrella,
siempre brillarás tú.
Te abrazo my noray.
Enhorabuena por lo bien que escribes que aunque con melancolía nos transporta hacia tu interior para acompañarte.
ResponderEliminarFelicitaciones por tus bellos poemas.
Noray
ResponderEliminarLo que haz escrito no es un poema, es un himno, mis respetos amigo poeta.
Me lleno de estas letras reunidas
mi abrazo.
Tremendo, realmente tremendo. Visión angustioso del final, que en tus versos se torna atractivo, al modo en que imanta nuestra atención el abismo.
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