Solitude, 1893 - ALEXANDER HARRISON
Cuando tú quieras, Soledad,
podrás arribar a mi puerto
y amarrar en mi noray
para zarpar de nuevo
con destino incierto.
Si algún día, Soledad,
pasas por mi puerto,
tómame de la mano
y llévame por otras estelas,
otras estelas del mar.
Y yo no volveré, Soledad,
a navegar solo
por mares ni océanos,
porque desde ese día
Cuando tú quieras, Soledad,
podrás arribar a mi puerto
y amarrar en mi noray
para zarpar de nuevo
con destino incierto.
Si algún día, Soledad,
pasas por mi puerto,
tómame de la mano
y llévame por otras estelas,
otras estelas del mar.
Y yo no volveré, Soledad,
a navegar solo
por mares ni océanos,
porque desde ese día
estaré contigo desposado.