El hombre de hierro, 2007 – DARÍO ZANA
Si un suspiro se me clavara en el pecho
en el instante que levanto mis ojos al cielo
para contemplar la belleza del nuevo día
sin más pretensión que saciarme de luz
y que circule por mis venas la alegría,
si en un certero abrir y cerrar de ojos
se detuviera toda esta inmundicia
que crece a nuestro alrededor
y que mantiene al ser humano
condenado a su propia angustia,
si ese aire me hinchara los pulmones
y respirar me diera el valor suficiente
para salir de esta plácida trinchera
y tomar el fusil para plantarle cara
a la rosa de los vientos,
si me sintiera decidido y capaz
de entrar en guerra conmigo mismo
aunque el campo de batalla
me convirtiera en un atroz desierto,
entonces, sería un hombre feliz.
¿cómo podrían crecer las rosas de mi pequeño jardín si tu cuerpo se convirtiese en la árida arena de un desierto?
ResponderEliminareres inmenso noray..
bastaría uno sólo de tus abrazos para calmar esta cruda realidad.
wowwwwwwwwwwww. fuerte tus letras... se deslizan en las entrañas del que las lee...
ResponderEliminarbravo... poeta.
cariños
muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk
Las guerras nunca son buenas,y si son contra nosotros mismos...son desastrosas..
ResponderEliminarUn besin
Vaya, amigo, tú en guerra contigo mismo y yo "marché a firmar la paz conmigo mismo" en mi última entrada.
ResponderEliminarDos caminos que llevan al mismo sitio.
Profundo y hermoso tu poema de hoy.
Abrazos.
Noray, la lucha crea resistencia, dejate fluir sin lucha, deja que ese suspiro te colme.
ResponderEliminarHermoso como todo lo que tu creas
Un fuerte abrazo
Me encanta tu 'blog', Noray. Y desde ¡ya!, me convierto en más de tus 'miles' de seguidores.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por todo ello!
Y, gracias por tus siempre amables comentarios en mi modesto 'blog'. Tu en esto, eres un maestro para mí. Por eso, tus halagos me hacen sentirme doblemente satisfecho.
¡Mucha suerte, amigo! Y siempre, ¡con un fuerte abrazo! -Raffaello-
La eterna búsqueda ...
ResponderEliminary si tan sólo fuesemos un poquito más fuertes
quizás podríamos atesorar ese aire y hacer que parte de las cosas cambiaran..
Quizás aún estemos a tiempo.
"...aunque el campo de batalla me conviertiera en un atroz desierto..."
ResponderEliminar¡Ay! si fuesemos capaces de intentarlo, al menos, mi buen amigo... otro gallo nos cantaría.
No dejas de sorprenderme, Noray. Hoy con esta introspección acusadora que remueve conciencias.
Un abarazo.
Creo que es mejor entrar en armonía, todas clase de guerra sea la que sea es agresivo.
ResponderEliminarMe gusto mucho
Besos y amor
je
¿Y entonces, -me pregunto- seguirías siendo POETA?
ResponderEliminarUn ABRAZO.
Yo creo que ya estás en guerra contigo mismo, como todos nosotros. En tu caso, esa lucha da un fruto maravilloso, que son los poemas que compartes con nosotros.
ResponderEliminarDeseo que seas un hombre feliz.
Un abrazo.
Que hermosas reflexiones, deberiamos pensar así de profundo y bonito y sin duda todo iría mucho mejor.
ResponderEliminarEncantada de leerte.
Un abrazo.
Rocío
Amigo no se si sabes que se prepara un encuentro en Zaragoza, te dejo el blog informativo.
ResponderEliminarhttp://encuentropoesianered.blogspot.com/
un abrazo.
Rocío
Dicen que lo primero que hay que hacer para estar en paz con un mismo es precisamente destruirse para poder volver a resconstruirte...
ResponderEliminarAbrazos
Marian
Tal vez entonces podríamos llamarnos "hombres a secas".
ResponderEliminarUn poema de profunda reflexión.
Un abrazo.
Esas guerras tan fáciles de empezar y muy difíciles de terminar. Abrazos.
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