Music I, 1895 - GUSTAV KLIMT
Los pétalos de los girasoles
están resignados a morir de amor,
cuando Rubinstein interpreta a Chopin
al llegar cada puesta de sol.
También los lirios azules
terminan estremeciéndose de frío,
si se descubre el crepúsculo
y en sus entrañas se abre el vacío.
Sólo las nevadas magnolias
saben esperar ese instante preciso
que, aunque siempre es efímero,
late en el ardor de la memoria.
Me dejas sin palabras me encanta todo lo que escribes
ResponderEliminarCuriosa y real la frase que has escrito.
Pobres magnolias...
ResponderEliminarBellisimo!!!! Muy buena la imagen y con cierto dejo de nostalgia...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Precioso.. Muy lindo. Esa imagen de los pétalos de girasol me inundó con un campo inmenso amarillo hace muy poco. No saqué fotos, pero están conmigo. Chopin, lirios azules, hermosas magnolias.. Que belleza Noray.
ResponderEliminarCariños!
Seguramente por ser mas fuertes las magnolias tienen ese privilegio... pueden esperar ese instante preciso...
ResponderEliminarY reterlo por mucho mas tiempo...
Es bello escuchar ese piano...!!!
Besos cielo, llenos de luz para ti!!!
PD.: Si me equivoco en el comment me gustaria que me lo dijeras... quiero interpretar como corresponde cada escrito...
Besos again!!!
Muy evocadora tu poesía. Rubinstein era un maravilloso pianista, eso sí, un poco gamberro dentro de su superioridad. Recuerdo a mis hijos (pianistas los dos), cómo se reían al comentarme que Rubinstein se saltaba a veces párrafos enteros de las obras que ejecutaba y nadie se daba cuenta, tal era la hermosura de su ejecución. Como yo no me lo creía seguimos un concierto con la partitura y me señalaron efectivamemente las pequeñas trampas que hacía,seguramente por desgana. Lo detectamos concretamente en la "Tarantela" de Chopin, que tocaban mis dos hijos, no tan bien como él, por supuesto, pero de una forma completa. Curioso ¿verdad). Un saludo.
ResponderEliminarLos dos primeros versos fantásticos, te hacen claudicar ante el poema sin elección.
ResponderEliminarUna delicia y un regalo para esta tarde de miércoles. Gracias.
Un beso.
Ayyyy morir de amor, morir de amor, visperas de San Valentín...
ResponderEliminarEse preciso instante que todos intentamos alcanzar...
Ya me has hecho soñar
Puesto el piano bajo las manos,
ResponderEliminarla pluma cargada de tinta
y el papel, azul, teñido de tinta.
Magnolias tempranas
para este balcón al aire.
Hola Noray...
ResponderEliminarMe gustaría sentir ese momento cuando Rubinstein interpreta a Chopin...y dejarme llevar como cuando vienes conmigo.....Al otro lado del deseo
Un abrazo
Dos genios juntos.
ResponderEliminarJunto a Mozart es uno de mis favoritos, y Rubistein junto Daniel Barenboim, dos directos imprescindibles para hacer llegar la música clasica a nuestros sentidos.
Saludos!
Música,poesía y magnolias para alegrar esta efímera mañana de jueves. Gracias Noray.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por algo dicen que la música es el lenguaje divino...
ResponderEliminarUn abrazo
MArian