Reflejos, 1987 - JAVIER CLAVO
Detrás de las puertas del jardín olvidado,
en la penumbra gris de la memoria,
crecen las pálidas azucenas y las inmensas acacias
bajo las que copulan un sortilegio de desnudos
que desprenden un profundo olor a azufre y ceniza.
El calor del mediodía
revienta la piel morada de los pétalos heridos
y envuelve con sudarios los cuerpos temblorosos,
que se agolpan en los túmulos
y fermentan en las riberas de las fuentes de mercurio,
mientras una luciérnaga eyacula sobre un girasol de fuego.
Al caer la tarde,
cuando la huella de la luz fugitiva
se desliza hacia el vacío de la densa noche
y se desangran las flores
cortadas con el cuchillo del reflejo de la luna,
un manto de nieve tibia se derrite en el umbral de mi
retina.
Sublime el umbral de tu retina
ResponderEliminary lo que capta en la fugitiva
sandalia del tiempo y del vacío
Tremendas imágenes del asesino
cuchillo de la luna y la noche
que todo lo corta,Un derroche
imponente nos brindas
de tu tremenda retina!
♥♥♥besos♥♥♥
Habituales compañeros de viaje la memoria y el deseo. Hermoso y desgarrador. Un abrazo.
ResponderEliminarAl caer la tarde,
ResponderEliminarcuando la huella
de la luz fugitiva
Así de fugitivo me quedo con tus versos, saludos un abrazo...
Odas a tu retina, que deja que se cuele el alma en cada poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
MaLena
sublime y desgarrador. Se instaló en mi retina y me llegó con la preciosa música del piano. Un saludo!
ResponderEliminarHoy tu poema es un jardín, iluminado por tu mirada.
ResponderEliminarAsí que me dispongo a pasear ampliamente por él, para calmar mi espíritu.
Mi admiración y mi respeto, poeta.
A todas y a todos
ResponderEliminarAunque la nieve se derrita
en el umbral de mi retina,
siempre perdurará en la memoria
mi gratitud eterna
por darme un trozo de cada uno.
Un abrazo lleno de gratitud