La muerte de Marat, 1793 - JACQUES-LOUIS DAVID
Muerte y huele a vida,
sus letras saben dulce
aunque sea inexistencia.
No entiendo la muerte,
no es fin ni agonía,
ni destrucción ni negación,
ni suicidio ni desamor.
No entiendo la muerte
porque somos creadores de actos,
de existencias, de pensamientos,
de ilusiones, de belleza,
de lenguaje, de amor,
de nosotros mismos
a medida que pasa el tiempo.
Un tiempo inventado,
eficaz, pero efímero y estéril
en el corazón del reloj.
Son segundos y minutos, horas y días,
semanas, meses, años, siglos
de no llegar a ser
o de ser un simple poema,
una pintura sola
que nunca llegará a nada,
porque ya no hay tiempo
para desentrañar lo que somos
en medio de la nada.
Muerte y huele a vida,
sus letras saben dulce
aunque sea inexistencia.
No entiendo la muerte,
no es fin ni agonía,
ni destrucción ni negación,
ni suicidio ni desamor.
No entiendo la muerte
porque somos creadores de actos,
de existencias, de pensamientos,
de ilusiones, de belleza,
de lenguaje, de amor,
de nosotros mismos
a medida que pasa el tiempo.
Un tiempo inventado,
eficaz, pero efímero y estéril
en el corazón del reloj.
Son segundos y minutos, horas y días,
semanas, meses, años, siglos
de no llegar a ser
o de ser un simple poema,
una pintura sola
que nunca llegará a nada,
porque ya no hay tiempo
para desentrañar lo que somos
en medio de la nada.
no hay tiempo suficiente
ResponderEliminarantes de la llamada muerte
quizá sea un viento que nos lleve a la siguiente vida
retas exquisitamente a la muerte
un abrazo
Eso es cierto, no hay tiempo suficiente.
ResponderEliminarQuizás el reto sea porque en el fondo le tengo miedo.
Un abrazo
No debe entenderse, debe esperarse como parte inherente de la vida. Como muy bien expresas en tus versos, la muerte no puede acabar nunca con la creación de la vida... y seguimos vivos en los actos que dejamos.
ResponderEliminarUn hermoso poema que nos invita reflexionar.
Un beso.
Soledad.
Quien sí?
ResponderEliminaralgunos la ven como parte más de la vida...
otros ven en ella un paso de aprendizaje para lo que será la verdadera vida...
algunas culturas inentendiblemente o sabiamente la festejan...
algunos intentamos cerrar los ojos y olvidar su existencia
tratando de esquivarla
le tememos
o simplemente la esperamos...
La muerte de Marat, un cuadro sobrecogedor, hace tiempo leí un libro basado en él.
ResponderEliminarMuy buen poema, yo tampoco la entiendo aunque la sé inevitable.
No entendemos la muerte...
ResponderEliminarNo le eceptamos,nosotros
creadores,constructores
Somos símbolos de vida
y no de inertes seres
que engendramos un día...
No obstante la muerte
nos vigila desde la cuna...
La poesía queda,nosotros
nos vamos,tú lo has dicho
de manera tan profunda,
que ilusiona hoy,ser la mortal
que te viene a leer,
y en tu cielo quiere beber
las estrellas de lo efímero
Tú lo has poblado con tu poema,
el vacío,las dichas y la pena!
♥♥♥besos♥♥♥
Soledad
ResponderEliminarCreo que la única muerte es el olvido. Pasar por la vida sin entregarte a los demás, olvidado de ti mismo.
Un abrazo.
Nochestrellada
ResponderEliminarA nadie le puede gustar la muerte, pero tenemos que saber que si estamos vivos es porque existe la muerte.
¡Cómo nos va a gustar la osuridad eterna sin estrellas!
Un beso.
Catalina
ResponderEliminarEl cuadro es una maravilla, al menos para mi.
Exactamente eso es lo que quiero decir, es inevitable.
Un abrazo
Mia
ResponderEliminarEres, como ya te he dicho una gran optimista, aún cuando estás hablando de la muerte.
Un beso
¿y quien entiende la muerte?
ResponderEliminarun beso
Hawwah
ResponderEliminarYo no la entiendo, pero sé que está presente día a día. Cada nuevo día es, de nuevo, el primer día de mi vida.
Un beso.