La caracola, 1912 – ODILON REDON
Anclado me encuentro
en el farallón de tus deseos
y las crines al viento de la luna
iluminan tu pecho florecido de cirios,
y las crines al viento de la luna
iluminan tu pecho florecido de cirios,
que huelen a incienso y a nardos.
Continúo con este sortilegio nocturno
donde la pleamar del océano
Continúo con este sortilegio nocturno
donde la pleamar del océano
sacia de espumas la soledad del cuerpo.
Herido estoy en el costado
y un tropel de nubes aguardan
Herido estoy en el costado
y un tropel de nubes aguardan
a secar mis lágrimas de barro.
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Inexorablemente, dos somos infinitamente más que uno.