Portrait of Henrietta Moraes on white ground , 1963 - FRANCIS BACON
Se sumerge la existencia en el mercurio del tiempo.
El frágil vientre desnudo de una azucena herida
destila entre silencios y sollozos un río
de arcillas perfumadas en el aire del amanecer.
En la mirada, perdida en el sueño de tus ardientes sábanas,
se evapora de nuevo el mar.
se evapora en la estival estación
ResponderEliminarde este lado simplemente se congela jajaj
buena semanita
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminardel mar.. a los ojos..
ResponderEliminary de los ojos..
con estas lágrimas..
de nuevo al inmenso mar..
te abrazo ad infinitum.
Volverá a llover y el mar volverá a ser mar. Así es siempre.
ResponderEliminarUn abrazo
Es dulce y preciosísimo, Noray…
ResponderEliminarY sí se evapora el mar, se hace nube sobre el cielo...
Y cielo esponjoso y blando sobre el océano inmenso, se hace lluvia y libertad y viento y hasta el arrecife llega para derramarle poemas, cuando hasta el mismo azul del mar se ha evaporado frente a tus ojos.
Un beso, Noray
Ya no hay mar, queda la silente espera de una azucena.
ResponderEliminarHermoso y tierno como tù sòlo sabes hacerlo.
Es hermoso como escribes. Con una sensibilidad que muchos quisieran.Un abrazo
ResponderEliminarSublime poema, siento el sonido del mar, la evaporación de los cuerpos.
ResponderEliminarNoray, poeta, sos maravilloso.
M.
Estío que evapora
ResponderEliminarel río,
sube al cielo
el llanto,
dulce la vuelta
que todo reverdece.
(Las pinturas de Francis Bacon
impactan)
Un fuerte abrazo
Sueños perdidos
ResponderEliminarde sábanas ardientes.
El mar se seca.
Una abrazo.
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