Amantes 33, 2000 - NICOLETTA TOMAS CARAVIA
Cuando
mi piel sea sólo luz
en
la oscuridad de la noche
y
mi sangre sea una estela
que
vague en tus arterias,
cuando
tu piel sea lluvia serena
cayendo
sobre los poros de mi piel,
cuando
las nubes sean el lecho
donde
arda el deseo de estar
piel
con piel,
cuando
de las heridas del mar
supuren
aires de estrellas
en
las llagas de la noche azul,
cuando
el silencio sea una simple gota
que
resuene en nuestra memoria,
se
quebrará la soledad del tiempo
para
inundarnos de eternidad.