Fulmine icta, 2008 - DINO VALLS
Navego entre dos mares,
huyendo del océano cotidiano
en el que mi cuerpo es sólo un arrecife
donde ha encallado mi alma.
Los primeros acordes de mis palabras
y el sonido del silencio en la noche
son tenues rayos que centellean en la aurora,
en la soledad cortante que el desaliento
convierte en hoz para segar el infinito.
navego siempre entre tus versos poeta.
ResponderEliminarcomo siempre un maestro en versos..
saludos fraternos
un abrazo
Una hoz de soledad cortando el infinito, y el alma, petrificada en medio del agua...
ResponderEliminarUn poema releer.
Un beso.
Soledad.
¿No es ensordecedor?
ResponderEliminarUn abrazo Noray
A veces el silencio
ResponderEliminarcausa mucho ruido ...
un beso
Silencio, pues, para no alterar ese crisol mágico del que salen tus palabras.
ResponderEliminarBeso grande.
Una aurora de trémulo deseo... Uy! qué bonito ver las centellas! La imagen es brutal (de triste). En alguna esquina de esa aurora, tiene que estar el eco que rompa el silencio.
ResponderEliminarel sonido y el silencio
ResponderEliminarel ruido y la furia
de los días
... y el aliento reservado para el despliegue de la noche...
un abrazo
Siempre en mis charlas cotidianas hablo del sonido del silencio... quizas porque eso me hace acordar a una bella canción.. quizas tambien porque el silencio tiene sonidos que pocas personas pueden percibir!!!
ResponderEliminarBesos cielo... como siempre, llenos de luz para ti... que no te hacen falta, al menos en la pluma que escribe!!!
cuantas veces navegamos entre dos aguas, y entre dos mares? Toda la vida, creo...
ResponderEliminar... y qué tendrá el silencio, que nos clava y nos saja el cuerpo...
ResponderEliminarCreo Noray que he tenido suerte al haberme tú encontrado en mi blog. Ha hecho que merodee yo también por el tuyo y... ¡la verdad es que me está gustando hacerlo!
ResponderEliminarEste poema con tanto sabor a mar me evoca mil cosas de mis queridas islas. Te lo he comentado, no sé si ha sido en una respuesta en mi blog o aquí. Tengo muchos amarres en Canarias. Viví en Tenerife unos años y vuelvo asiduamente porque dejé grandes amistades. Por otro lado,tengo a mi hijo viviendo en Las Palmas y me doy una vueltita de vez en cuando. También en Gran Canaria tengo varias y muy buenas amistades. Las islas son un poco "mi otra tierra" Y lo mejor es que los canarios que me conocen me dicen que soy un poco canaria. Y tienen razón.
Me ha gustado este poema y la música que me acompaña desde tu blog mientras escribo, me encanta.
Un abrazo
Sonido...
ResponderEliminareco del silencio...
saludos
Crisuela tenue que acoge al alba los primeros acordes de las palabras.
ResponderEliminarAsí son los versos que, como aquí, no se sabe si son silencio o si lo abren.
Un abrazo.
Si este es el sonido del silencio, tu poema, entonces bendito silencio.
ResponderEliminarGenial, poeta, tienes la despensa llena de inspiración!