Oriental Poppies - 1928 - GEORGIA O'KEEFFE
Era el tiempo en que las flores
tejían semillas de corales
en las cicatrices de tus muslos
entregados a mi lujuria.
Deseaba libar los pétalos
ensartados en tu cintura
con mis músculos enterrados
en la sima de tus entrañas.
Ardían océanos de amapolas
en la voz trémula de tus arterias,
como la incandescente lava
en los cráteres vírgenes de mi memoria.
El placer estallaba sin mesura
en tus rocas encendidas
y la razón segada de melancolía,
disipaba las nieblas del alma.
Era el tiempo en que el lecho
se tornó en cruel huracán,
y el humo se convirtió en el verdugo
de las hojas de mi boca.
Era el tiempo en que las flores
tejían semillas de corales
en las cicatrices de tus muslos
entregados a mi lujuria.
Deseaba libar los pétalos
ensartados en tu cintura
con mis músculos enterrados
en la sima de tus entrañas.
Ardían océanos de amapolas
en la voz trémula de tus arterias,
como la incandescente lava
en los cráteres vírgenes de mi memoria.
El placer estallaba sin mesura
en tus rocas encendidas
y la razón segada de melancolía,
disipaba las nieblas del alma.
Era el tiempo en que el lecho
se tornó en cruel huracán,
y el humo se convirtió en el verdugo
de las hojas de mi boca.
creas la nostalgia de ese huracán desmesurado, viento tus palabras agitando las almas y dejando en ellas bellas cicatrices
ResponderEliminarun abrazo
el óxido de las cicatrices
ResponderEliminartiñe la memoria del fértil útero,
otrora volcanes los muslos
entregados a tu lujuria
Incandescente lava
los océanos de amapola devoraba,
Y tu memoria...oh ella
rescatando estrellas
de la dolida galaxia
donde estallaron
placeres de tu honda razón
esencias,melancolías,
salva tu alma de la niebla
y la ineludible agonía!
♥♥♥besos♥♥♥
♥♥♥besos♥♥♥
Felicidades, este poema es uno de los más bonitos que te he leído.
ResponderEliminarSaludos.
Amor siempre desmedido.
ResponderEliminarSi no no sería amor.
Y nunca libaría pétalos
ensartados en collares
de frágiles cinturas.
Un abrazo
el único verdugo del que no queremos separarnos. Aquel que consigue que nos sintamos amos y seamos huracán, volcán, arrullo, lujuria...
ResponderEliminarUn beso
Añoras el volván, el viento huracanado, cuando yo creo que sigue estando dentro de ti.
ResponderEliminarDescribes el amor físico con la seguridad del que ya ha recorrido ese camino en infinidad de ocasiones.
Tus recuerdos hablan por ti y los que te seguimos, tenemos el privilegio de poder escuchar su voz.
Me ha gustado muchísimo este poema. Quizás sea de los más bonitos que haya visto en tu blog.
Eres grande, Noray!!!!!
Un abrazo.
Camille
ResponderEliminarEra el tiempo
en el que el amor
siempre dejaba cicatrices.
Era el tiempo
en el que el cuerpo
siempre vencía al alma.
Mía
ResponderEliminarAhora es tiempo
de la razón,
de asir una estrella
y prenderla en el pecho.
Ahora es el tiempo
en que el alma
siempre vence al cuerpo.
Torosalvaje
ResponderEliminarMuchas gracias, aunque yo creo que hay algún otro que es mejor.
Un abrazo.
Ybris
ResponderEliminarEra el tiempo
de un amor desmedido.
Ahora es el tiempo
de un amor más medido.
Un saludo.
Sasian
ResponderEliminarA veces, llega a ser un verdugo implacable.
Un beso.
Alatriste
ResponderEliminarSiempre somos volcanes,
siempre somos huracanes.
Un abrazo.