Ophelia, 1851/1852 - JOHN EVERETT MILLAIS
Tú, como papel poético
oculto en el infinito
silencio de las estrellas.
Tú, como el carmín
de los labios de la mar
en las noches de luna llena.
Tú, como grácil silueta
siempre envuelta en secretos
de flores de cristal.
Tú, como una amapola
de fuego ardiente
anclada en la ausencia.
Tú, como las sombras
de las salinas donde vislumbro
el devenir de mi existencia.
Tú, como papel poético
oculto en el infinito
silencio de las estrellas.
Tú, como el carmín
de los labios de la mar
en las noches de luna llena.
Tú, como grácil silueta
siempre envuelta en secretos
de flores de cristal.
Tú, como una amapola
de fuego ardiente
anclada en la ausencia.
Tú, como las sombras
de las salinas donde vislumbro
el devenir de mi existencia.
Tú, siempre de noche.
Siempre es una alegría tenerte en mis noches...
ResponderEliminarcon algún verso cargado para la ocasión...
gracias por el regalo...
Me encantó este poema...como siempre bien acompañado porlas imágenes...
un beso!
hasta pronto...
Tu amarre en mi noray siempre es un placer. Siempre haces que mi noche esté estrellada.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo.
Ay¡ Canarias..., cuatos recuerdos.
ResponderEliminarBonito poema, buena música e imágenes..., muy de la tierra, algunas.
Noray, tienes un hermoso y Canario blog.
Volveré a visitarte.
Un saludo
Gracias por adentrarte en mi blog. Es un honor para mi.
ResponderEliminarSaludos
En los poemas de amor y las noches siempre hay un TÚ...
ResponderEliminarHawwah
ResponderEliminar¿Qué sería de las noches sin un tú? ¿Qué sería del amor sin un tú? Siempre tiene que existir un tú, aunque exista un yo solo.
Un abrazo.