El Invierno, 1573 - GIUSEPPE ARCIMBOLDO
La hierba tizna el verde
y se despoja la luna de su ajado traje
y se despoja la luna de su ajado traje
envuelto en brunas hojas de azul ceniza.
Rema Caronte en la Laguna de Estigia
llevando millones de corazones de tierra muerta.
Una caterva de etéreas sombras
cabalga a la grupa de cuatro caballos
Rema Caronte en la Laguna de Estigia
llevando millones de corazones de tierra muerta.
Una caterva de etéreas sombras
cabalga a la grupa de cuatro caballos
y se desploma en oleadas de grises estrellas
sobre la corona de ébano de un ciprés verde olivo.
Se dispara el silencio
sobre la corona de ébano de un ciprés verde olivo.
Se dispara el silencio
y funde el alma herida del limonero,
amortajando con cepas negras
amortajando con cepas negras
el jardín de rosas nevadas
que muere en el acero de mis labios.
Paz dormida entre la escarcha de la negra laguna,
donde sueña varada la semilla doliente
donde sueña varada la semilla doliente
que alimenta el fruto de la ausencia.
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Inexorablemente, dos somos infinitamente más que uno.