La huella de nuestro abrazo

El abrazo, 1972 – RAFAEL CANOGAR

“Al final del camino me dirán:

-¿Has vivido? ¿Has amado?

Y Yo, sin decir nada,

abriré el corazón lleno de nombres.”

PEDRO CASALDÁLIGA 

Deshojemos cada sílaba de nuestros nombres.

Desnudémonos de todo lo que nos rodea.

Unamos nuestros labios

hasta abrasarnos en esta cálida noche.

Derribemos las fronteras de la piel

y adentrémonos en el laberinto de la carne,

hasta que el plenilunio se entregue al nuevo amanecer.

Ahora es el momento.

Este es el instante que tenemos para amarnos,

sin otra necesidad que desmoronar la ausencia

en la huella de nuestro abrazo.

Un haiku para Salvador Allende

Allende, un líder latinoamericano, 2008 - ANÍBAL ORTIZPOZO

Allende vive

cuarenta años después

en la memoria.

Un haiku bajo de los adoquines

Figure and Light Rock, 1991 - EUAN MACLEOD

Igual que ayer,

bajo los adoquines

están las playas.

Otra maldita guerra

La Guerra, 1979 - ALFONSO COSTA

  

Solo se ven cadáveres

y cuerpos quemados

que huyen entre el humo

hacia ningún lugar.

Solo se escucha el silbido

agudo de la metralla

que corta el aire frío de la noche

hasta penetrar en las entrañas.

Solo huele a muerte

y a desolación.

Antes ya hubo otras.

De nuevo se inventan

otra maldita guerra.

Nunca llueve

Lluvia II, 1967 – ANTONIO PADRÓN

"No puede ser feliz quien entierra un tesoro.

No puede ser feliz

quien envenena el agua de su vida."

BENJAMÍN PRADO

No llueve.

Nunca llueve.

El calor abrasa los campos de girasoles

hasta dejarlos casi desérticos,

quemados en su propia soledad.

No llueve.

Un río envenenado de recuerdos

desemboca en los posos del olvido,

recorre cada centímetro de la piel

hasta dejar un paisaje desolador.

No llueve.

Hace mucho tiempo

que dejó de llover.

No llueve.

Nunca llueve.

Haiku para un solo de piano

Schubert al piano, 1899 - GUSTAV KLIMT

Solo de piano.

Mi corazón herido

cuando anochece.