Esa pena retorna sin cesar

"Desde entonces, a una hora incierta, 

esa pena retorna" 

                                           

                                            Primo Levi

Era mil novecientos cuarenta y cuatro y aún no había nacido yo, 

pero he sufrido tanto al ver tantas ciudades y vidas rotas 

por el odio, por la limpieza étnica y la deportación. 

Era mil novecientos cuarenta y cuatro y todavía no había nacido yo, 

pero he sufrido tanto que aún me quema la sangre de mis venas 

y este maldito aire que respiro, tan lleno de cenizas negras.

Era mil novecientos cuarenta y cuatro y aún no había nacido yo, 

pero he sufrido tanto que todavía me duele tanto dolor. 

Hoy es siete de agosto de dos mil veinticinco,

y el mundo continúa sin parar, girando, girando y girando,

y los herederos del sufrimiento del cuarenta y cuatro

se han convertido en los mismos carceleros asesinos,  

ávidos de sangre y odio, con el mismo guión y la misma sinrazón.

Aquellos que sufrieron el Holocausto y el exterminio,

en los llamados campos de trabajo y cámaras de gas,

en aquellos infames e innombrables Campos de Concentración,

hoy aplican las mismas frías y calculadas técnicas 

para practicar el más vil de los genocidios,

asesinando a miles de mujeres, hombres y niños,

cambiado los trabajos forzados y el gas por la sed y el hambre, 

con el único objetivo de lograr la aniquilación de todo el Pueblo Palestino.

Desde entonces, a una hora incierta, esa pena retorna sin cesar

y, sin ninguna duda, el corazón y la razón me siguen doliendo.